La cuarta revolución industrial, un nuevo escenario productivo, el de la fábrica inteligente, signada por la convergencia de la tecnología física, digital y biológica, etapa de la historia que también es reconocida por la digitalización y la velocidad, características que la identifican, como así también un impulso en constante movimiento que acompaña a nuestras sociedades en su proceso evolutivo. En su escala, alcance y complejidad la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes. De allí surge que la cuarta revolución industrial, no están considerada como un conjunto de tecnologías emergentes, más bien por la transición de nuevos sistemas asentados sobre la infraestructura de la anterior revolución digital. Esas razones o características que nos llevan a decir que esta revolución no es una prolongación de la anterior sino el comienzo de una distinta es: la velocidad, el alcance y el impacto en los sistemas, todos ellos como reconociéramos ut-supra sin precedentes en la historia de la humanidad. Esta cuarta revolución industrial trae además consigo una inclinación hacia la automatización que corre por cuenta sistema ciberfísicos y todo ello posible gracias al internet de las cosas y la nube computacional.